
Introducción
En México, la simplificación de trámites no puede reducirse a una mera modernización administrativa: debe ser un compromiso con la equidad. El acceso a derechos fundamentales —salud, educación, identidad o vivienda— no puede depender de formularios complejos, requisitos inalcanzables o filas interminables. Según el INEGI (2023), el 40% de los ciudadanos en comunidades marginadas abandonan trámites esenciales debido a barreras burocráticas, lo que perpetúa desigualdades estructurales. Bajo este contexto, definir qué trámites priorizar exige una pregunta clave: ¿qué procesos impiden o facilitan el ejercicio de derechos? Este blog propone un enfoque estratégico para que gobiernos locales identifiquen y rediseñen aquellos servicios que, por su impacto social, deben ser accesibles, ágiles y centrados en las personas. No se trata solo de eficiencia, sino de justicia.
I. La Simplificación como Herramienta de Justicia Social
Los trámites locales deben diseñarse bajo un principio irrenunciable: todo procedimiento es un medio, no un fin, para ejercer derechos. Ejemplos críticos:
- Derecho a la identidad: 12% de mexicanos no tienen acta de nacimiento, limitando acceso a educación y salud.
- Derecho a la vivienda: 3 de cada 10 solicitudes de permisos de construcción en zonas rurales se archivan por requisitos inalcanzables.
- Derecho a la inclusión: Personas con discapacidad enfrentan 60% más tiempo en trámites por falta de formatos accesibles.
II. Tres Pasos para Rediseñar Trámites con Enfoque de Derechos
Paso 1: Fusión de Trámites con Enfoque en Ciclos de Vida
El primer paso consiste en reimaginar los trámites como servicios integrados que acompañen las necesidades ciudadanas a lo largo de su vida. En lugar de estructurar procesos según departamentos administrativos, se propone agruparlos en torno a momentos clave como el nacimiento, la educación, el empleo o la vejez. Por ejemplo, una Ventanilla Única de Derechos Sociales podría fusionar el registro de nacimiento, la asignación de CURP y la afiliación al Seguro Popular en un solo acto, eliminando la necesidad de visitas repetidas a distintas oficinas. Esta integración no solo reduce la carga burocrática, sino que asegura que un recién nacido acceda inmediatamente a servicios de salud, un derecho fundamental. La clave aquí es pensar en el ciudadano como protagonista, no en la estructura interna del gobierno.
Paso 2: Diseño Digital con Accesibilidad Radical
La digitalización debe ser sinónimo de inclusión, no de exclusión. Esto implica diseñar plataformas que prioricen dispositivos móviles, ya que el 78% de los mexicanos acceden a internet principalmente a través de smartphones. Un diseño efectivo utiliza lenguaje claro y sencillo, adaptado a un nivel de lectura de primaria, y complementado con pictogramas para comunidades indígenas o personas con bajos niveles de alfabetización. Además, la accesibilidad universal es no negociable: formatos compatibles con lectores de pantalla para personas con discapacidad visual, opciones de contraste alto y navegación por voz son elementos esenciales. Herramientas como simuladores de trámites —que permiten a los ciudadanos verificar requisitos con solo responder tres preguntas simples— o asistentes virtuales capacitados en lenguas indígenas (náhuatl, mixteco, maya) son ejemplos concretos de cómo la tecnología puede romper barreras.
Paso 3: Servicio Proactivo, No Reactivo
La verdadera transformación ocurre cuando los gobiernos anticipan necesidades en lugar de solo responder a solicitudes. Esto requiere un enfoque basado en datos públicos y cruces de información entre instituciones. Por ejemplo, un sistema proactivo podría notificar automáticamente a padres y madres cuando un niño cumple 6 años, enviando un enlace para la preinscripción escolar junto con requisitos personalizados según su ubicación. De manera similar, al registrar una defunción, la plataforma podría sugerir trámites asociados, como la baja de servicios públicos o procesos de herencia, con una checklist integrada que guíe al usuario paso a paso.
III. Superando Retos Clave
a) Resistencia al Cambio en Equipos Internos
La resistencia al cambio en equipos internos es uno de los principales desafíos para la transición hacia un modelo de gestión pública centrado en derechos. Esta transformación no solo implica la adopción de nuevas herramientas y procesos, sino también un cambio cultural profundo en la forma de concebir el servicio público. Los servidores públicos, acostumbrados a procedimientos tradicionales, pueden mostrar reticencia ante cambios que alteren su dinámica de trabajo. Por ello, la formación constante es fundamental para alinear incentivos, fomentar una mentalidad de mejora continua y evidenciar los beneficios concretos de la simplificación y digitalización de trámites. Una adecuada comunicación y un fuerte liderazgo de las autoridades del más alto nivel pueden disminuir estas resistencias y generar confianza y compromiso dentro de los equipos, facilitando la adopción de este nuevo enfoque centrado en derechos.
b) Falta de Capacitación en Metodologías de Simplificación
Uno de los mayores obstáculos para implementar procesos ágiles y centrados en derechos en la administración pública es la brecha de conocimiento en metodologías de simplificación, lo cual perpetúa trámites burocráticos rígidos que ralentizan la atención y limitan la eficiencia. Simultáneamente, la escasa comprensión de derechos fundamentales, como el acceso a la información, la salud y la educación, impide diseñar servicios públicos inclusivos y accesibles.
Superar este reto requiere capacitar a los servidores públicos en la optimización de procesos y sensibilizarlos sobre los derechos ciudadanos, promoviendo una transformación cultural que sitúe las necesidades del ciudadano en el centro de la gestión pública.
c) Protección de Datos Sensibles
La confianza ciudadana es el pilar fundamental de cualquier sistema digital en la administración pública. Para fomentar esa confianza, es indispensable garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información personal y financiera de los ciudadanos. Esto implica implementar medidas robustas de ciberseguridad, protocolos de protección de datos y sistemas de autenticación confiables que resguarden la información frente a accesos no autorizados, pérdidas o manipulaciones. Al diseñar o rediseñar procesos con miras a la digitalización, las instituciones deben priorizar estos aspectos, asegurando a la ciudadanía que su información será manejada de manera ética y segura. Solo así se logrará fomentar el uso masivo de plataformas digitales, facilitando interacciones eficientes y transparentes entre el gobierno y la sociedad.
Facilitar el acceso de la ciudadanía a sus derechos mediante procedimientos ágiles y centrados en las personas es una meta alcanzable cuando las instituciones adoptan estrategias bien diseñadas y apoyadas en las mejores prácticas. En eReform Consulting, contamos con la experiencia y el conocimiento para acompañar a los gobiernos estatales y municipales en este camino de transformación.
Lo invitamos a conocer nuestros servicios en materia de simplificación y a desarrollar junto con nosotros una estrategia integral que modernice la administración pública y fortalezca la confianza ciudadana. ¡Hagamos posible una gestión pública eficiente, accesible y centrada en derechos! Contáctenos para comenzar.
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